El Campo del Violín

Grande es el reino de Sueño de los Eternos, grande y profundo... es quizás el brillo que se atisba en sus ojos, el destello de su oscura mirada. Homenajeando a Gaiman tanto como nos sea posible, crearemos en este lugar un punto de reunión y encuentro para todos aquellos caminantes de sueños, súbditos e invitados de Oniro.

Nombre:
Lugar: el Sueño

Bueno, pues aquí estoy, haciendo mi blog. ¿Qué poner? mmm... creo que quien quiera saber más sobre mí va a tener que encontrarme, ya sea en este plano o en otro, en este reflejo de la verdad o en otro... en éste o en otros reinos.

20 enero 2006

Ella nació en el momento en que su cuerpo decidió cambiar la forma de caminar. El impulso que hizo variar el centro de su equilibrio rozó un sueño guardado en la parte clausurada del cerebro, en busca de interpretación.

En ese momento alguien tocaba un violonchelo mientras lloraba lágrimas de emoción.

En ese momento alguien estaba leyendo la última frase de su libro favorito, por quinta vez.

En ese momento alguien temblaba de nervios antes de salir al escenario el día del estreno.

En ese momento alguien se estremecía en el cine viendo una película en versión original.

En ese momento alguien se miraba en el espejo sonriendo, tras acabar de cortarse el cabello.

En ese momento alguien moría.

En ese momento ella nació, y empezó a delirar.

El Nombre de Elhendei

Elhendei nació una noche estrellada en el sueño.
Nació despierto y consciente, y sabía ya todas las cosas que se pueden aprender de este mundo y de los otros. Él mismo me dijo su nombre, pues yo no lo recordaba.
Fui su madre, pero no lo alumbré. Conoció la vida por su padre.

La noche era fresca y se vistió con un manto azul oscuro lleno de estrellas que titilaban desde el pasado. Sonrió, y su sonrisa era clara y su pelo alborotado, negro y brillante. Su voz era amanecer.

Quedó atrás el reino solar... nos adentramos en su sombra.
El viento intenta llegar hasta mí, aquí en esta habitación aislada del mundo.
Las horas se deslizan del reloj sobre la mesa. Caen al suelo y son absrobidas por la tierra, que las guarda con celo en su cajita de piedra...

De ser sincera, no es la primera vez que escribo, ni que siento las palabras quemar tras mis ojos. Así pues, procedamos: que mis dedos bailen al son de todos aquellos que caminan entre el sueño y la vigilia, habitando dos mundos a la vez, viéndose a sí mismos al otro lado del espejo...
atravesándose...

Este espacio le tomará el relevo a un antiguo intento bien fallado y perdido llamado "entre el sueño y la vigilia". Bienvenidos pues a la segunda generación.