Quedó atrás el reino solar... nos adentramos en su sombra.
El viento intenta llegar hasta mí, aquí en esta habitación aislada del mundo.
Las horas se deslizan del reloj sobre la mesa. Caen al suelo y son absrobidas por la tierra, que las guarda con celo en su cajita de piedra...
De ser sincera, no es la primera vez que escribo, ni que siento las palabras quemar tras mis ojos. Así pues, procedamos: que mis dedos bailen al son de todos aquellos que caminan entre el sueño y la vigilia, habitando dos mundos a la vez, viéndose a sí mismos al otro lado del espejo...
atravesándose...
Este espacio le tomará el relevo a un antiguo intento bien fallado y perdido llamado "entre el sueño y la vigilia". Bienvenidos pues a la segunda generación.
El viento intenta llegar hasta mí, aquí en esta habitación aislada del mundo.
Las horas se deslizan del reloj sobre la mesa. Caen al suelo y son absrobidas por la tierra, que las guarda con celo en su cajita de piedra...
De ser sincera, no es la primera vez que escribo, ni que siento las palabras quemar tras mis ojos. Así pues, procedamos: que mis dedos bailen al son de todos aquellos que caminan entre el sueño y la vigilia, habitando dos mundos a la vez, viéndose a sí mismos al otro lado del espejo...
atravesándose...
Este espacio le tomará el relevo a un antiguo intento bien fallado y perdido llamado "entre el sueño y la vigilia". Bienvenidos pues a la segunda generación.
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